Proyecto del jefe de Gobierno, Jorge Macri.
Jorge Macri impulsa denominar “Catedral – Papa Francisco” a la actual Estación “Catedral” de la Línea D de Subterráneos de Buenos Aires, buscando que la Legislatura porteña apruebe la iniciativa, sin esperar los diez años previstos por la normativa, desde la muerte de una persona, para nominalizar un espacio en la Ciudad de Buenos Aires.
En los fundamentos de la iniciativa el jefe de Gobierno hace un recorrido por la vida de Santo Padre, recordando que nació en el barrio de Flores, en la actual Comuna 7, el 17 de diciembre de 1936.
Jorge Mario Bergoglio, quien más tarde se convertiría en el primer Papa latinoamericano de la historia, “desde sus primeros años, mostró una profunda vocación religiosa, ingresando a la Compañía de Jesús en 1958 y siendo ordenado sacerdote el 13 de diciembre de 1969, dedicando su vida al servicio de los demás”, tal como se menciona en la iniciativa.
Un recorrido vocacional que los llevó a ocupar diferentes “cargos en la Iglesia, incluyendo el de Arzobispo de Buenos Aires desde 1998, donde se destacó por su cercanía con la comunidad y su compromiso social”. Un recordatorio que incluye el nombramiento de Cardenal, en aquel tan 2001 para nuestro país.
Un proceso “consolidando su dedicación a la defensa de los derechos humanos y la justicia social”, como menciona Jorge Macri, que llevó a que Bergoglio se transformara en el Papa Francisco, el 13 de marzo de 2013, al ser elegido como el 266º Papa, “tomando el nombre en honor a San Francisco de Asís, símbolo de humildad y amor por la naturaleza y los pobres”.
En los fundamentos de un proyecto que se sabe será acompañado mayoritariamente, el jefe de Gobierno destaca que el Papa Francisco “se consolidó como un líder político y social relevante”, a partir de un pontificado que se destacó por su “mensaje de paz, diálogo interreligioso y cuidado del ambiente, destacando la importancia de construir un mundo más justo y sostenible”.
“Su encíclica Laudato Si' -destaca Jorge Macri- se convirtió en un referente mundial en la lucha contra el cambio climático, instando a la humanidad a cuidar de la creación y de los más vulnerables”.
Mencionándolo además como “un firme defensor de los derechos de los migrantes, promoviendo políticas de acogida y solidaridad y destacando la dignidad de cada ser humano sin distinción”. Mostrando “una gran humanidad y cercanía, visitando países afectados por guerras, desastres naturales y crisis humanitarias, llevando consuelo y apoyo a quienes más lo necesitaban”.
Desde aquí es que el jefe de Gobierno destaca que “el presente proyecto tiene sólidos fundamentos afectivos e históricos, basados en el vínculo que Jorge Mario Bergoglio tuvo con todos los porteños en su carácter de Arzobispo de Buenos Aires”. Algo que se acrecienta dese esa “cercanía y sencillez” que se “demostraba en el continuo uso del transporte público de nuestra querida Ciudad, y en particular del servicio de subte, que utilizaba para llegar a la Catedral Metropolitana y a la sede episcospal”.
“Para todos los porteños y usuarios del Subte”, resalta Jorge Macri, permaneciendo “vivo el recuerdo del pastor que, en andenes y coches, no dejaba de bendecir y saludar a quienes se le acercaban en busca de consuelo o ayuda”.
Siendo importante que este “reconocimiento nos une, más allá de una confesión de fe determinada, a ese ciudadano común que, en la sencillez de sus gestos, llegó a ser un líder mundial, defensor de la paz y del diálogo interreligioso”.
Entendiendo, lo enfatiza el jefe de Gobierno, “que la actual estación Catedral de la Línea D lleve el nombre de Papa Francisco, no solo representa un homenaje sincero a una de las personalidades más destacadas de nuestra historia reciente, sino que también constituye un gesto simbólico hacia las generaciones futuras, que encontrarán en ese nombre un vínculo perdurable con el legado del primer Papa argentino y porteño”.